La receta de hoy es de unas magdalenas que hice hace ya tiempo pero que me gustaron mucho, pues su textura es muy suave y esponjosa, y el sabor muy bueno, además, fáciles de hacer y perfectas para un buen desayuno o una merienda. Para complementarlas un poco les añadí por encima una glasa que hice con chocolate blanco.
La receta la saqué de la página de Isasaweis.
INGREDIENTES:
-4 huevos
-250 grs de azúcar
-350 grs de harina
-100 ml de nata para montar 35% m.g.
-250 ml de aceite de girasol o de oliva suave
-1 sobre de levadura royal
-Ralladura de limón
Para la glasa:
-100 grs de chocolate blanco (1 tableta más o menos)
-2 cucharadas de leche
PREPARACIÓN:
-Batir los 4 huevos con el azúcar con la batidora eléctrica hasta que aumente el tamaño.
-Agregamos la ralladura de limón, el aceite de oliva y la nata, y volvemos a batir.
-A continuación, mezclamos la harina con la levadura y lo incorporamos a la mezcla, batiendo nuevamente hasta que quede todo perfectamente integrado y obtengamos una masa muy cremosa y sin grumos.
-Rellenamos los papeles para magdalenas hasta la mitad de su capacidad aproximadamente con la crema anterior, espolvoreando un poco de azúcar por encima; y lo más recomendable es meter estos papelitos en moldes de aluminio especiales para magdalenas o de silicona, y si no tenéis ninguno de los anteriores podéis utilizar flaneras de aluminio. De esta forma conseguiremos que las magdalenas suban bien al hornearse.
-Introducimos los moldes rellenos con la mezcla en la nevera durante unos 15 minutos y lo dejamos que repose.
-Después, nos queda hornearlas, en horno precalentado a 250 grados con calor arriba y abajo. Cuando las introduzcamos bajamos la temperatura a 210 grados y ponemos calor sólo por abajo. Dejamos unos 15 minutos, hasta que estén doradas.
-Por último, hacemos la glasa, fundiendo a fuego lento el chocolate picado en trozos pequeños o rallado con las 2 cucharadas de leche, hasta que se deshaga por completo. Cuando se haya enfriado,cubrimos la parte superior de las magdalenas con ella.
Las magdalenas se comen una vez se hayan enfríado, y además veréis que la glasa se ha quedado adherida a la magdalena y con textura más sólida.
Riquísimas con esa glasa por encima seguro! Besitos.
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